No tengo televisor. Pero cada vez soy más adicto a consultar noticias en la red. Creo que sentarme a ver un telediario de esos de 40 minutos donde se repite por duplicado lo que el político de turno luego dirá con las mismas palabras... me desesperaría. Hay quien dice que en eso nos está convirtiendo internet, en impacientes que sólo buscan noticias en listas de titulares sin entrar a profundizar. Es posible.
¿A qué venía todo esto? Ah, sí... ya recuerdo. Ayer leí en algún periódico digital que Lucía Etxebarría era expulsada (o se iba) del reality de turno de telecinco. La noticia me pintó una mueca en la cara. No, no es que fuera mi concursante favorita ni hubiera enviado decenas de sms a dos euros el micro-timo. No se trata de eso. Era más bien esa mueca que te deja el saber que un antiguo conocido ha descarrilado a la mala vida. Y no es que yo me haya tomado muchas copas con Lucía, simplemente he leído algunos de sus libros. Y alguno me pareció realmente bueno. Eso son muchas horas de conversación.
Ya llegó a mis oídos sin poderlo creer del todo que el año pasado la entrevistaron en otro programa telebasura de telecinco donde largó sus problemas privados, inseguridades personales, amores y desamores... a la pantalla, público y preparados colaboradores del programa. Al puro estilo tonadillera venida a menos, o guapo/guapa de discoteca que necesita fama rápida y barata.
En fin... qué decir. Al parecer la escritora, según leí, está en crisis psicológica aguda. Tocando fondo. Llorando y largando en programas de gallinero. Tras salir del reality tuvo que comparecer en Sálvame Deluxe por obligaciones contractuales (lo más hondo de la ciénaga). Me pregunto si a estas alturas no tiene algún amigo que le diga que no es ese el camino, igual que ahogar depresiones en alcohol no lleva a ningún sitio.
Por otro lado, también he leído que se trata de una cuestión económica, deudas con hacienda que hay que saldar. Según Lucía, en una semana en el reality le han pagado más que por su último libro en el que había invertido un año y medio de trabajo. Lo cual, sin dejar de ser triste, no es sorprendente. Menos en España y su afición a la literatura.
Sea por una cosa, sea por la otra, a mí me dejó la mueca de quien da algo por perdido. Yo perdí una escritora, ella perdió un lector. Como cantaba Sabina ...cómo te has dejado llevar a un callejón sin salida...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Siempre ha sido un poco "especial" esta mujer. Ella era lo único interesante de ese programa, precisamente por su rareza. Ya era polémica antes, nunca ha tenido pelos en la lengua. A ella le va la marcha, y esto es publicidad que le va a venir bien si últimamente estaba un poco olvidada. Es una tía muy inteligente, y muy particular, no creo que sea fácil tratarla. Me gusta cómo escribe. Aunque parezca muy segura de sí e implacable, en el fondo necesita el afecto de los demás, como todo el mundo. No dejes de leerla por las cosas que haga fuera de su vida profesional. Supongo que seguirá siendo una buena escritora.
ResponderEliminar