Temo estar enferma de una desgana irreversible y mortal.
Sufro de aversión al esfuerzo mental (y físico) de cualquier tipo.
Tengo miedo de estar degenerando en un ser de zapping-sofá con un mando a distancia o ratón como apéndice añadido a mi anatomía.
El éxito es una meta incierta que me causa indigestión al mezclarlo con el placer.
Últimamente noto en mi vida una orientación exclusiva a la consecución de fines útiles y me estoy volviendo adicta a las recompensas.
La responsabilidad es un ancla que me arrastra al fondo de un vaso de cerveza.
El tiempo supera los límites de velocidad en mi vida y cada día tengo la sensación de que esta partida esta pérdida desde hace mucho (tiempo).
A veces me despierto con el cerebro bañado en aminas y los receptores adrenérgicos saturados; todo mi cuerpo atento a una amenaza:
la pereza
Da tanto miedo crecer...
ResponderEliminarP.D.: A mí cocinar postres me ayuda, por si te sirve.