jueves, 27 de septiembre de 2012

Demasiado tiempo sin escribir...


Quise saberlo todo. vivirte cada segundo de los que me perdí por no conocerte desde el día en que naciste. quise
disfrazarme de tus vecinos, ser el pomo de la puerta de tu habitación, tu ropa interior de cuando eras adolescente. quise aprenderme de memoria las fotos de todos los carnets de identidad que tuviste. quise mutarme en cada compañero de clase, en cada entrenador de fútbol, en cada familiar cercano. quise convertirme en tus primeros esquís. quise olerte la piel a cada año que cumplías, quise ver cómo los jerseys te iban quedando pequeños, quise  sentir tu cuerpo desbordando los límites del espacio y la belleza. quise mutarme en tus cubiertos, en el embozo de las sábanas para sentir tu aliento dormido cerca, muy cerca. quise, sobre todo, ser la piel de las chicas, de las mujeres, de las señoras escalofriadas debajo de tus zarpas. quise conocer tus fantasías eróticas, escudriñar al milímetro tu cara en el orgasmo. quise metamorfosearme en mucosas húmedas invadidas por tus ganas, quise ser el impulso eléctrico que te hiciera bombear el corazón cuando los demás lo llamaban amor. quise saber cuándo, cómo y porqué. dónde y cuántas.

Dijiste que era demasiado, las gentes dijeron que era demasiado, las instituciones dijeron que era demasiado, la moral, la educación, la antropología, la psiquiatría, la religión, la prensa dijo que era demasiado.

Demasiado…

He tragado, una a una, todas las letras de las palabras de las frases de las preguntas que nunca te haré.

4 comentarios:

  1. Ay, suerte de los que puedan vivir sin saciar ese hambre de respuestas...

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  2. Me encanta!
    Creo que a mi manera, soy tan visceral como tú. Un beso.
    Legolas.

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  3. Je, estoy segura, de hecho es que creo que todos somos un poco así, en el fondo unos... y otros lo tenemos muy presente, muy a flor de estómago!
    Muchos besos

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