sábado, 26 de mayo de 2012

10736 días

Siento que me hago viejo. Me siento a tomar copas entre compañeros de trabajo y escucho a mayores hablando de matrimonios que sobrellevan y a jóvenes buscando dinero. Yo, en medio, adentrándome en una extraña madurez. 

Hoy cumplo 10736 días.

He aprendido que soy un privilegiado por haber nacido donde uno se preocupa de comer poco en lugar de intentar comer algo. He aprendido que sigo siendo un animal homínido disfrazado de humanista, y que jugar con esta mezcla es todo lo que hacemos. He aprendido que no nos gobiernan los mejores, y que la historia es una novela triste. He aprendido que el mundo aún sigue siendo grande, y que en todos los lugares se puede aprender algo interesante. He aprendido que el dinero sólo sirve para comprar comida y libertad.

He aprendido que soy muy diferente a la gente que me rodea, y que esto no es ningún privilegio. He aprendido que soy mejor que la media en muchas cosas, y que soy peor que los mismos en otras. He aprendido a ser paciente, a callar, a escuchar, a ponerme en el lugar del otro, y a buscar otros puntos de vista. He aprendido que la pereza, la cobardía y el orgullo son mis pecados capitales.

He aprendido que la mujer es lo más bello que uno puede sentarse a observar. He aprendido que no soy guapo, que puedo enamorar a una mujer, y que me cuesta enamorarme de verdad, aunque cada día me enamore de mentira. He aprendido a saber dónde podría buscar retazos de felicidad. He aprendido a echar de menos lo que no tuve y lo que tuve. He aprendido a desear un baño caliente, un cielo estrellado o una luna llena. He aprendido que dios no existe, y a creer en utopías. He aprendido a amar a los gatos, y a ser uno de ellos.

He aprendido a caerme de un pedestal, a volverme a levantar, y a darme cuenta que estaba subido sólo sobre humo. He aprendido que la vida te sorprende, pero que los años te van robando las sorpresas. He aprendido que por muy especial que creas ser, en determinadas ocasiones, sigues siendo uno más. He aprendido a coserme cicatrices que no se ven. He aprendido que la primavera sólo dura un segundo.

He aprendido a lamerme las heridas. A cortarme el pelo solo, a arroparme cuando tengo frío, y a darme ánimos y calma cuando desespero. A ser la mano en mi hombro. He aprendido a prever lo que luego ocurre, y fallar pocas veces, menos de las que en ocasiones me gustaría. He aprendido a convivir con los recuerdos y con los errores. He aprendido a secar lágrimas propias y ajenas.


2 comentarios:

  1. Dices lo de los días por no decir que tienes 29,39 años. Ya los quisiera para mí. Lo de que estás entrando en la madurez con esa edad supongo que es una forma de hablar. Más adelante hay más, pero más de lo bueno. Y si no ya verás.

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    1. Lo supongo, lo que pasa es creo que nací ya algo viejo. Pero vamos a por más.

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