lunes, 24 de octubre de 2011

Manifiesto servilista


Podría ser mucho más empalagosa.
Podría arrastrarme a tus pies si hiciese falta, si así lo quisieras.

Sí, esto es un manifiesto de sumisión absoluta:

Podría ser tu sombra,
tu perrito faldero,
tu títere con o sin cabeza,
tu mujer florero, tu gheisa, tu muñeca hinchable, tu muñequita vestida de azul
Podría ser tu cero a la izquierda,
tu felpudo, tu bastoncillo de los oídos
o tu estatua de barro fresco, tu lienzo en blanco y la modelo inamovible de mirada perdida...
Podría ser lo que tú quisieras que fuese,
sólo por el placer de ser lo que me pidas.

Lo firmaría, ciega (muda, absorta y de rodillas)
Obligaría a cumplirlo a todas las Folies que me habitan y degollaría a aquéllas rebeldes que quieren seguir siendo genuinas

Pero eso sí,
si llegara el día en que no se te ocurra nada que pueda ser,
o si quisieses que fuera yo sin ti,

ese día

recogería mi sumisión del suelo y me largaría,
metería en un saco mi sombra, mi perro faldero, mi gheisa y mi marioneta, mi florero y mi muñeca de plástico, mi cero, mi felpudo, mi bastoncillo quita-cera.


Me iría, amor, con mi libertad a otra parte.

3 comentarios:

  1. Las sumisiones en general me horrorizan, pero supongo que tiene que haber para todos los gustos. Yo no suscribiría un manifiesto así, pero sí lo que dices cuando se acaba el amor. Pilar, de El efecto coriolis.

    ResponderEliminar
  2. Como el bondage. Soy libre de ser tu esclava. Muy exacto, Querida. Me gusta tu Aquelarre, por cierto. Mucho.

    ResponderEliminar
  3. Precioso! Y lo mejor lo último. Te sigo los pasos y te contestaré.
    Sabonis.

    ResponderEliminar