domingo, 6 de marzo de 2011

Cobardía

Ortega y Gasset contaba en forma de mito que el ser humano no es más que un animal loco que ha contraído la extraña enfermedad de poder apartarse del exterior y meterse dentro de sí mismo a fantasear. Por eso estamos llenos de ilusiones, de sueños ajenos a nuestra realidad con los que queremos cambiarla. Y por eso somos esencialmente unos insatisfechos. Deseamos lo que nunca tendremos, y nos duelen partes del cuerpo que no existen.

Esta idea puede condicionarnos en la vida. ¿Hasta qué punto unos deseos son tiros al aire y otros forman parte de los cimientos de lo que quieres ser? Nos preguntamos si dejar a nuestra pareja porque no es todo lo que esperamos, y porque la pasión ahora es rutina. Nos preguntamos si dejar nuestro trabajo que nos oprime y nos roba el tiempo, nos cosifica y nos explota. Nos preguntamos si rebelarnos contra lo establecido por un sistema más justo. Nos preguntamos si mandar todo al carajo, irnos a vivir a ninguna parte, y recorrer durante años el mundo. Nos preguntamos si salir e intercambiar palabra con todo el que se nos cruce buscando respuestas que nos presenten a la persona que esperamos. Nos preguntamos si seguir alimentando nuestra sed de vida o mantenerla bajo el yugo de la existencia.

No será fácil hacer algo de esto. Quizá porque sepamos que, como somos inconformistas en esencia, en algún momento debemos disfrutar de lo que tenemos, no hacernos adictos a nuestra fábrica de fantasías. Pero también es posible que esto lo usemos como escusa para tapar nuestra propia cobardía, ese instinto que por muy humanos seguimos conservando de nuestros ancestros.

Y no sé vosotros, pero yo me siento bastante cobarde.

5 comentarios:

  1. Que fantástico sería poder apartarse de la realidad,mis fantasías son demasiado cortas e infrecuentes.
    ¿Seré un animal que no llega a lo humano?
    La cruda realidad siempre está presente en mi mente y soñar con mejorarla no la aparta de ella.
    También soy cobarde,no por falta de coraje es mas bien desilusión.
    Saludos

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  2. Yo a veces también, un poquito, pero es inevitable. Somos pura duda, el ser humano es pura contradicción y de ahí nacen todos nuestros miedos y también nuestros anhelos.

    Saludos.

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  3. Sí, la cobardía nos acompaña cual enano en nuestro hombro para soplarnos a veces en la oreja. Pero tenemos que seguir construyendo castillos, al menos, en nuestra mente. Porque nada hay imposible.
    Gracias por los comentarios.

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  4. Todas esas cosas que dices las pienso yo casi todos los dias. Solemos ser nuestros propios enemigos, somos nosotros quienes aceptamos el orden establecido y levantamos muros a nuestro alrededor para sentirnos seguros y no atrevernos a otras cosas, a lo que realmente deseamos. Deberiamos tener mas fe en nosotros mismos y en los que nos rodean. Me gusta como escribes. Soy Pilar, de "El efeto coriolis"

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  5. con permiso... entré hace un ratito y leí, ahora con permiso y no es que sea cobarde, pero sí muy educado, comento, si no es tomarse demasiada confianza, en fin, que bueno, en lo que a mi respecta, pues sí, demasiados filtros, muchos muchos filtros, desde lo que se piensa hasta lo que se dice, y de lo que se dice a lo que se hace, pues sí, muchos, muchos filtros... pero al final to es un pa ná im-prescindible que depende del resultado y la satisfacción,... la verdad es que a veces parecería genial prescindir de tanto condicionarse y otras, cuando se prescinde y se yerra, es de lamentar tanto incondicionado...

    un saludo por cierto

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