Otra vez la lluvia me moja las entrañas.
Otra vez viene el viento llevándose las hojas de la alegría.
Otra vez viene el viento llevándose las hojas de la alegría.
No pasan las horas por la melancolía. Ella sí que vive su carpe diem.
En la córnea se refleja una noche, todavía joven, pero cansada.
Las farolas tapan una luna media (mediocre) que no dice nada.
Incapaz de evocar los momentos felices, languidece mi memoria: Olvido.
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