miércoles, 13 de octubre de 2010

Extraños amantes






Ayer una mujer me hizo pensar con su discurso en que hay veces que nos separamos de un amor sin que existan razones claras para ello. Yo la entendí, porque yo sé que podría haber seguido con aquella relación, la que no tenía problemas evidentes, ni discusiones o incompatibilidades mutiladoras. Y que sería feliz.

Esta noche, otra mujer que casi no conozco me ha confesado, llorando, su dolor por volver a su ciudad y tener así que desvincularse de las personas amigas que ha encontrado en su periplo porteño. Ha mencionado las pocas veces que ocurre esa magia, ese encuentro que completa, que da sentido al sinsentido, y que desolla la piel al alejarse.

Y yo me doy cuenta de que o tengo mucha suerte, o las estrellas están dispuestas a favorecerme o hay algo raro en mí. Porque yo sé de esos encuentros mágicos, pero no son pocas las veces que me han pasado, han sido bastantes. Tengo a mi alrededor, voy encontrando y disfrutando, personas especiales. Y, a mi manera de decir, estoy enamorada de todas ellas, de todos esos amigos que siento mi verdadera familia.

Me siento amando extraños que se hacen amigos por merecidas razones. Extraños que dejan de serlo y se convierten en partes de mí, en intrusos que habitan mi mente, acompañándome. Y, de vez en cuando, uno de esos extraños a los que amo se convierte en la persona especial del momento. Y lo quiero con locura, a cada uno de la manera que me nace en ese tiempo, y cada cual se lleva su trozo de la biografía amorosa de Folie. Extraño a los amantes.

Sigo amando. Pero tengo la plena seguridad de que podría haber sido feliz con cualquiera de las relaciones importantes anteriores. Y esa sensación es aterradora. Culpable de mi inconformismo, confusa, con miedo a forzarme a tener estabilidad que me demuestre que he encontrado a la persona más especial, con pánico a reconocer que no hubo razones para terminar las historias pasadas, con impotencia por tener sólo una vida y tener que desechar por cojones tantos caminos alternativos.

Me paso la vida amando a esos extraños amantes. No sé aún escucharme para saber cuándo dejaré de preguntarme "¿quién?"

2 comentarios:

  1. Yo creo que siempre existe por ahí alguien que te responde inmediatamente al quién. Ese que cubre todo tú, y tan bien, que cualquiera es peor. La diferencia está en cómo ajuste cada cual su búsqueda, su inconformismo. Tendrá que buscar más o menos hasta encontrar su pieza puzzle.
    Claro que también para qué buscar uno, amemos libremente a quien lo merece. Pero tenemos algo dentro que necesita que seamos el MÁS amado por alguien. Y nos cuesta mucho que ese alguien sea yo mismo... Sigamos buscando. Sigamos amando.

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  2. Sigamos encaprichándonos de todo lo que no tenemos y querermos tener.

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