Repasando las últimas películas de animación, algunas tan profundamente críticas con la sociedad en la que nos movemos como Wall-e y su dulce caída de ojos prismáticos que me conmueve, se sigue repitiendo el tópico de final en el que la feliz pareja cierra el último plano con las manos entrelazadas. Cenicienta, Blancanieves... Antz, Bichos, Wall-e...
Todo esto viene a cuento de que a veces sorprende la interna sensación de ser alma en pena, vagabunda, alma errante buscando su otro yo, su mitad. Quizá a algunos les pueda quedar esto un tanto alejado, más de románticos, cursis, o viejas novelas. Sin embargo, la brutal actualidad se deja pensar cuando analizamos fenómenos como el de las redes sociales. Millones de personas buscando amigos o pareja. O si entramos en una discoteca donde en alcohol ahogamos la desesperanza de no encontrar lo que la noche prometía. O si escuchamos los últimos éxitos musicales hablando de corazones rotos. O si nos miramos adentro, unos más adentro que otros, y encontramos qué es para nosotros lo mejor de la vida.
Sólo es simple curiosidad. No sé hasta qué punto los dibujos animados de nuestra infancia llenos de seres felices y saludable; las teleseries norteamericanas y españolas donde siempre había un grupo de amigos inquebrantable y sin problemas de dinero; las películas juveniles de héroes que nunca mueren y parejas que terminaban besándose... hasta qué punto nos han trazado nuestra percepción de la vida con una idea tan equivocada que arrastramos por siempre una desesperanza, una falta de algo que no tenemos, una promesa incumplida. Continúo citando a Tyler Durden... "Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."
¿Entenderíamos el amor de igual forma si hubiéremos sido educados desde pequeños con el ejemplo del corazón roto de Humphrey Bogart en el Rick's Cafe? Quizás sin la educación previa del amor eterno y las medias naranjas jamás hubiéramos llegado a entender el dolor de Bogart.
jueves, 12 de agosto de 2010
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No sólo nos marca en el amor. ¿De dónde crees que viene el pánico de las mujeres al parto? o el impacto de las primeras relaciones sexuales cuando aparecen calcetines, preservativos y demás aperos que en el cine no habíamos visto jamás hasta que se puso de moda el cine español.
ResponderEliminarLiteratura...