Hay cualidades o condiciones que nos hacen más fáciles las cosas. La estocástica de nacer de un sexo u otro, en una u otra parte de este planeta continuo que interrumpimos con fronteras invisibles pero férreas. La belleza que abre puertas, que encuentra con más facilidad una sonrisa en la cara que la mira y admira (¿qué intrincados mecanismos biológicos nos vuelve más amables con los guapos?)
En la cara de esta moneda que siempre toca el suelo están o estamos todos aquéllos que debemos esforzarnos un poquito más que el resto para conseguir partir desde la misma línea de salida.
Suerte.
Ayer alguien me dijo que se quería quitar la vida para eludir un proceso judicial. Juzgado de lo penal. Con una biografía plagada de delicuencia y habiendo dinamitado todas sus relaciones personales.
Hay catorce kilómetros de mar entre Europa y África.
"Te voy a hablar de tú porque eres tan jovencita..." "¿No hay un hombre para atenderme?"
Supongo que cada cual viene con su saquito de facilidades, todos tenemos una ración de ellas. Pero no todas valen igual, y no todos sabemos jugarlas bien.
En el informe señalé la manipulación, la finalidad evitadora de la responsabilidad.
jueves, 15 de julio de 2010
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