En boca de Sócrates: "Los oficios llamados artesanales (banausos) están desacreditados y es muy natural que sean muy despreciados en las ciudades. Arruinan el cuerpo de los obreros que los ejercen y de los que los dirigen obligándoles a llevar una vida casera, sentados a la sombra de su taller e incluso a pasar todo el día junto al fuego. Los cuerpos, de esta manera, se reblandecen, las almas se hacen también más flojas. Sobre todo, estos oficios, llamados de artesanos, no les dejan ningún tiempo libre para ocuparse también de sus amigos y de la ciudad, de manera que estas gentes aparecen como individuos mezquinos, ya sea en relación con sus amigos, ya sea en lo que toca a la defensa de sus respectivas patrias. Por eso, en algunas ciudades, sobre todo en las que pasan por belicosas, se llega hasta prohibir a todos los ciudadanos los oficios de artesanos"
Jenofonte
Económico
Los griegos no eran diferentes, creían lo mismo que nosotros, pero nosotros no pertenecemos al grupo de Sócrates, ni al de aquellos que en el foro se reunían a vivir. Nosotros somos los que para ellos eran sus banausos y sus esclavos. Lo peor es que ni siquiera nos damos cuenta de lo que somos...
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