miércoles, 31 de marzo de 2010

Banausos

¿Qué somos sino esclavos? ¿Quién nos vendió la virtud del trabajo? La vida es enormemente rica para hacer durante tantas horas, tantos días, tantos años... lo mismo. 

En boca de Sócrates: "Los oficios llamados artesanales (banausos) están desacreditados y es muy natural que sean muy despreciados en las ciudades. Arruinan el cuerpo de los obreros que los ejercen y de los que los dirigen obligándoles a llevar una vida casera, sentados a la sombra de su taller e incluso a pasar todo el día junto al fuego. Los cuerpos, de esta manera, se reblandecen, las almas se hacen también más flojas. Sobre todo, estos oficios, llamados de artesanos, no les dejan ningún tiempo libre para ocuparse también de sus amigos y de la ciudad, de manera que estas gentes aparecen como individuos mezquinos, ya sea en relación con sus amigos, ya sea en lo que toca a la defensa de sus respectivas patrias. Por eso, en algunas ciudades, sobre todo en las que pasan por belicosas, se llega hasta prohibir a todos los ciudadanos los oficios de artesanos"

Jenofonte
Económico

Los griegos no eran diferentes, creían lo mismo que nosotros, pero nosotros no pertenecemos al grupo de Sócrates, ni al de aquellos que en el foro se reunían a vivir. Nosotros somos los que para ellos eran sus banausos y sus esclavos. Lo peor es que ni siquiera nos damos cuenta de lo que somos...

sábado, 27 de marzo de 2010

HOY

Hoy he soñado bajo un cielo de acuarela

del mejor pintor de brocha gorda.

Un gorrión, pájaro innoble y olvidado,

trabaja bajo una teja.

El moho, mustio, sale de su sombra

y el verde vivo llena el horizonte.

¡Qué alegría el sol en la cara,

la primavera en el aire!


Esos instantes...


A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
Oscar Wilde (16 de octubre de 1854 - 30 de noviembre de 1900). 
Escritor, poeta y dramaturgo británico.

jueves, 25 de marzo de 2010

Frases en la autopista

Autopista del Norte. Tenerife. Eterna e interminable caravana matinal. Una frase de 20 metros escrita en la ladera de una montaña cambia cada cierto tiempo, desde marzo del año pasado. Son mensajes que te invitan a sonreír, a soñar. Ideas que te colocan en el lado positivo. Objetivo: Propagar el optimismo.

¿Autor? Un anónimo. ¿Sus frases? http://frasesanonimas.blogspot.com/


lunes, 22 de marzo de 2010

La muerte de Sócrates

Últimamente sólo vengo refiriendo en estas páginas recuerdos a la muerte de algún gigante. Y no es mi intención el "monotematizar" mis intervenciones. Pero sin buscarlo, de frente se me ofreció de nuevo este cuadro. Y me fijé mejor en sus detalles:


La muerte de Sócrate. Jacques-Louis David. 1787

En el centro, Sócrates dispuesto a tomar la cicuta que le dará muerte aceptando así la condena que le han impuesto. Su discípulo, con la mano en el muslo del maestro, intenta persuadirlo para que no lo haga. El verdugo le acerca la copa de muerte avergonzado de sí mismo o de su especie. Platón, a los pies de la cama, absorto y perdido. Todos los demás se reparten entre la desesperación, la impotencia y la rabia.

Dicen que podría ser el padre de la filosofía (si es que ésta pudiera tener padre o madre). El oráculo lo calificó como el hombre más sabio de la Tierra. Quienes lo conocían, simplemente, lo consideraban la persona más inteligente y más justa que habían encontrado.

Fue condenado a muerte a sus 70 años. Quizás la condena más improcedente de la historia. Si hubiese hecho uso de sus amistades, podría haber evitado el crimen. Pero decidió aceptarla. Injusticia apropiada para quien tanto luchó en sentido contrario...

La vida tiene esas cosas. Los polos se acaban entrelazando, y nada es como debiera de ser. El final simpre nos deja sabor a melancolía, media triste sonrisa mal dibujada, y una mirada que va acumulando años y derrotas. Mas nunca se sabe... Qué es derrota, o qué es victoria.

En el diálogo en el que Platón describe el juicio, Sócrates termina diciendo: "Es hora de irse, yo para morir, y vosotros para vivir. Quién de nosotros va a una mejor suerte, nadie lo sabe, sólo los dioses lo saben"

sábado, 20 de marzo de 2010

Primavera

Algunos días uno camina más cansado que de costumbre.
Esos días en los que es eterno seguir esperando en los semáforos,
en los que nos damos cuenta que hay alrededor demasiado ruido,
demasiada gente, demasiado tráfico, demasiado humo...
Días en los que ya nos cansamos de buscar aparcamiento.
En los que necesitamos cortarnos el pelo para librarnos de algo.
Ese día en el que recuerdas que estás solo.
En el que te gustaría no tener hambre para no tener que comer.
Y cuando cae la noche, te pierdes en exceso de chocolate,
o bebes solo, o caminas solo, o sólo piensas sin querer pensar.
Esos días en los que ya empiezas a creer que ha llovido demasiado.
Cuando no recuerdas si el cielo es gris azulado o azul grisáceo.
Esos días en los que te metes en la cama un tanto derrotado,
como más viejo, más dolorido y más aburrido. Pero sin sueño.
E intentas dormir, meciendo los ojos cual bebé inquieto.
Recordando, que como siempre, mañana será otro día.
Y recordando, que quizás, mañana, ya sea primavera.



            De vuelta y vuelta - Jarabe de palo

domingo, 14 de marzo de 2010

Efemérides: Marx


La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas.
Karl Heinrich Marx. Filósofo alemán.
(5 de mayo de 1818 - 14 de marzo de 1883). 

De quién eres

de lágrimas escondidas
de caricias olvidadas
de errores y caídas
de juegos en la cama
de ideas do caminas
de tiempo que se acaba
de amor en la retina

lunes, 8 de marzo de 2010

¿Dónde?

A veces nos encontramos a nosotros mismos muy lejos de nuestras casas.

Tengo un hogar en cada rincón de mi cuerpo, desde el ombligo al pliegue de la axila.

Cualquier recoveco es bueno para cometer locuras.

El azar va jugando con nosotros, acercándonos y deshilachándonos a su antojo, formando una madeja de comunicaciones y miradas por la que se mueven los impulsos eléctricos de la vida. Sólo hay que estar abiertos a que el dónde sea cualquier parte. En la palabra dónde caben todos las pulgadas del planeta, todas las estructuras de cemento, todos los milímetros de piel.

Hay personas en el mundo que sabemos que, por grande y ancho que éste sea, no las vamos a perder.

Jugar al escondite.

(Risa traviesa)

Perderse por vericuetos intransitables, olvidando el dónde por propia voluntad, desterrando constelaciones aprendidas, rasgando mapas de orientaciones y premisas ancestrales.

Cerrar los ojos. Dar vueltas. Saborear el mareo. Y tocar al otro, con el erotismo de la Gallinita Ciega.

(jadeos)

domingo, 7 de marzo de 2010

Nuboso

Cae tan dura a veces la lluvia,
cae tan diferente desde mi ventana,
tan distinta y distante a la tuya...
Ver llover cuan bello es
cuando mi refugio es tu abrazo,
mi rincón entre las mantas.
Mas sentir cuan triste es
cuando conmigo llora el cielo,
con hastío y con pesadez,
sin abrazos y sin ganas...

martes, 2 de marzo de 2010

El lobo estepario

La mirada no sólo criticaba a aquel orador y pulverizaba al hombre célebre con su irresistible ironía; eso era en ella lo de menos. La mirada era mucho más triste que irónica, era insondable y amargamente triste; su contenido era una desesperanza callada, en cierto modo irremediable y definitiva, y en cierto modo también convertida ya en forma y hábito. Con su desolado resplandor iluminaba no sólo la persona del envanecido conferenciante y ridiculizaba y ponía en evidencia la situación del momento, la expectativa y la disposición del público y el título un tanto presuntuoso del discurso anunciado -no, la mirada del lobo estepario atravesaba penetrante todo el mundo de nuestro tiempo, toda la fiebre de actividad y el afán de arribismo, la vanidad entera y todo el juego superficial de un espiritualismo fementido y sin fondo-. ¡Ay!, y por desgracia la mirada profundizaba aún más, llegaba no sólo a los defectos y a las desesperanzas de nuestro tiempo, de nuestra espiritualidad y de nuestra cultura: llegaba hasta el corazón de toda la Humanidad, expresaba elocuentemente en un solo segundo la duda entera de un pensador, de un sabio quizá, en la dignidad y en el sentido general de la vida humana. Aquella mirada decía: "¡Mira, estos monos somos nosotros! ¡Mira, así es el hombre!" y toda celebridad, toda discreción, todas las conquistas del espíritu, todos los avances hacia lo grande, lo sublime y lo eterno dentro de lo humano se vinieron a tierra y eran un juego de monos...
Hermann Hesse
El lobo estepario